DIOS NOS FORJA COMO ARTISTAS
La excelencia es hoy el lema en las instituciones comerciales que buscan fidelizar a sus clientes y ante la posibilidad de perderlos dada la gran cantidad de los muy buenos servicios ofrecidos en los mismos rubros por sus competidores, ellas se esmeran en dar cada día no solo los mejores precios sino además una mucha mejor y más amable atención a sus usuarios.
¿Qué tal hacernos cada día excelentes en el tratamiento que nos damos? Las relaciones no sólo comerciales sino además las interpersonales en general y en todos los órdenes, social, familiar e inclusive eclesial tienden a desmejorar cada vez que nuestro tratamiento, servicio, carácter y atención decaen, luego sin mirar hacia nuestro interior pensamos y nos preguntamos ¿qué fue lo que hizo cambiar a los demás a nuestro alrededor? Generalmente las personas responden a los estímulos que reciben, sean estos positivos o negativos; por supuesto, como hijos del Señor siempre debemos procurar ofrecer las mejores y más espirituales respuestas ante los estímulos que recibimos, sean éstos cuales fueren; sin embargo, cada quién de nosotros debemos a nuestra vez procurar dar siempre el mejor tratamiento a los demás.
La excelencia definida indica la superioridad que en calidad y bondad de lo que se hace o se es caracteriza a un algo o a un alguien haciendo de ese algo o de ese alguien digno de singular estima, aprecio y valor.
Agreguemos cada día a nuestro carácter y a nuestra actitud los valores extras que nos hagan los seres extraordinarios y excelentes que el Señor quiere que seamos, no solo para conservar sino además hacer crecer nuestra relación de comunión con Él y nuestros hermanos.
Aplicación
Como la brillante estudiante del segundo año de Arquitectura que era, Flor, recibía clases de Dibujo y Pintura, teniendo como profesor a un muy famoso pintor de su país.
Ella era una estudiante con verdadero talento en la materia, pero se dio cuenta que su profesor, el muy famoso pintor, colocaba las mejores notas, es decir una “A”, a muchos alumnos de su clase cuyos trabajos en si no llegaban ni al promedio regular, pero con cierta consternación comprobaba que sus propios trabajos, mejores que el resto, solo alcanzaban por parte de su famoso profesor una nota de “B”.
Tratando que esto no la desmotivara, calladamente seguía en ese intento de hacer lo que fuere por ser justamente calificada, pero siempre tenia los mismos resultados, una “B” que ella rechazaba por dentro por que no le parecía la justa calificación para los resultados de sus obras presentadas. Así continuaba la situación, hasta que se le hizo insoportable, tanto que a mediados del curso no resistiendo más se acerco al ilustre pintor que tenia como profesor y que sólo le daba una “B” a pesar de su dedicación y esfuerzo puestos, según su propio criterio personal.
Al hablar sobre el tema con su profesor, este la miró fijamente y le dijo: “A una artista nunca se le dará el cielo fácilmente, cuando des más de lo que por obligación das…entonces te daré la “A” que mereces”. Y aunque no entendiera bien la supuesta teoría de calificación de su ilustre profesor, Flor decidió esforzarse por producir mejor y entregar sus trabajos cada vez más superiores al anterior; no obstante por más que hiciese solo recibía la acostumbrada “B”, persistiendo en su intento continuó a lo largo de lo que quedaba del curso, hasta que llegó la anunciada presentación final y ya con el logro de una disciplina de conseguir lo mejor para entregarlo, recibió con su ultimo trabajo la tan esperada “A”.
Sólo entonces, su sabio profesor, le dijo: “Ahora si estás lista para salir a tu lanzamiento, nunca olvides ofrecer mucho más de lo que tus habilidades te permitan llegar…y con una amplia sonrisa, continuó….cuando llegues a ese punto me recordarás”…
Actualmente Flor, después de haber dejado la Arquitectura por darse totalmente al Arte siempre sólo como otra parte, de otro Gran Proyecto de Vida, sin ninguna clase de arrepentimientos sino de realizaciones, entiende perfectamente qué fue lo que quiso decirle su sabio profesor. Después de una cosecha de triunfos ascendentes, como una de las destacadas Artistas Latinas de origen americano, ya está dando sus primeras exposiciones en New York, Milán y París.
Y es que en ese segundo año de Arquitectura, su innata habilidad fue reconocida por un artista de verdad que descubrió en ella una artista en potencia a diferencia de sus compañeros que solo cursaban una materia universitaria, ella podía desarrollar lo que Dios le había dado y aún no lo sabía. Durante todo el curso, el maestro artista supo forjar en ella a la artista potencial despertándola a que de más por encima de la mediocridad, iba trazando para ella el camino a seguir para dar lo que realmente debía dar como artista y encontrarse consigo misma como tal. La llevó a esforzarse paso a paso hasta la úúltima presentación, punto en el cual estaba preparada para entender que siempre podía mas y eso la llevaría a su lanzamiento como artista que era en realidad.
En el caso de Flor, ella entendió claramente que las cosas no son como aparentemente parecen, ella logró lo mejor de ese curso, mientras sus compañeros iban con una “A” en trabajos que archivarían y no usarían en su vida, para ella era la plataforma a descubrir lo tan artista que realmente era, pero tenía que salir de la mediocridad del entendimiento común y de su entonces normal producción.
Y así, como ahora ya siendo una artista ascendente en su carrera puede recordar que lo que dijo su profesor artista era lo que realmente era verdad. Así es importante para cada quién reconocer que Dios es el Maestro Artista, el Hacedor y Creador de cada uno. Solo Dios es Quién poniendo los dones y talentos junto con el propósito en cada quien, muestra lo valioso que cada uno somos. Si se busca concientemente hacer todo para la Excelencia en EL no se tendrá problemas con la mediocridad sofocante de la vida ni con el cercenamiento de talentos y la colección acumulada de fracasos y sinsabores que cosecharán en la vida por no entender en un principio que Dios es Quién creo a la persona y lo que tiene y para lo que El quiere y como quiere.
Como hijos de Dios, cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día de cada semana de cada mes de cada año, de toda la vida y aún mas allá de esta vida, debemos honrarle su confianza con gratitud, con el desempeño máximo de lo que podamos hacer con lo que en su sola Gracia nos ha conferido por confiar en nosotros. Ese debe ser nuestro norte y no la vanagloria y envidia del entorno. Elevemos la calidad de toda producción que hagamos.Ya que al fin y al cabo el mayor sembrador en nosotros es Dios mismo, espera El los mejores frutos de nuestra labor a lo largo de cada día. Seamos la tierra fértil que da a ciento por uno.
Si el sabio profesor de Flor le dijo: ‘A una artista nunca se le dar el cielo fácilmente, sino que tenia que esforzarse para dar lo mejor de si. Para un hijo de Dios significa que debe arrebatar el Reino de los Cielos con la Excelencia de la Fe que posee y conquista.
De ninguna forma se debe pensar y sentir que se puede desconocer el porqué ni para que se está en la vida y creyendo que nada se puede hacer bien, hay que mirar, observar bien cuales son los tesoros valiosos que Dios ha puesto en nosotros, hay que localizarlos, algunas veces desenterrarlos y abrir el cofre para poder emplearlos, pero lo que es seguro, que ahí están siempre y están inherentes en ti mismo. Descubre de una vez por todas, que siempre puedes hacer más de lo que lograste el día anterior y que lo que lograrás al siguiente será mejor.
Esta es la Ley de Uso del Reino de Dios. Se ha de localizar que talentos tienes, que habilidades, conocer que sabes hacer mejor, y si quizás te fue inadvertido porque te distrajiste en la vida, tienes que saber que no es eso lo que Dios quiere para ti, EL quiere darte mas que lo bueno, lo mejor para ti ¡Tienes que hacer bien lo que sabes hacer, de la mejor manera que puedas cada vez. Nunca te acomodes con una “B”, ve en pos de la “A”! Es Dios mismo quien nos forja como verdaderos artistas y nos da por su Gracia la unción para su Gloria y que podemos producir lo mejor con lo recibido.Y porque la Excelencia es suya y los suyos son para la Excelencia ¡Tú eres diseñado por Dios, para brillar! ¡Brilla en Grande! ¡Brilla siempre! ¡Brilla, en donde quiera que tú estés! Glory to God¡
“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de El”. (Colenses 3:17)
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”. (Colenses 3:23-24)
“He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu”. (Eclesiastés. 4:4)
“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”, (2da. Corintios 4:7)
“Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Jehová ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para proyectar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda labor ingeniosa. Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar, así él como Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y los ha llenado de sabiduría de corazón, para que hagan toda obra de arte y de invención, y de bordado en azul, en púrpura, en carmesí, en lino fino y en telar, para que hagan toda labor, e inventen todo diseño”. (Éxodo 35:30-35)
Así, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de corazón a quien Jehová dio sabiduría e inteligencia para saber hacer toda la obra del servicio del santuario, harán todas las cosas que ha mandado Jehová. Y Moisés llamó a Bezaleel y a Aholiab y a todo varón sabio de corazón, en cuyo corazón había puesto Jehová sabiduría, todo hombre a quien su corazón le movió a venir a la obra para trabajar en ella. (Éxodo 36:1-2)
“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. (1ra. Corintios 10:31)
“El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron. Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron. Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga”. (Lucas 8:58:8)
Te daré lo mejor "Jesus Adrian Romero"
Editado por: Andres Montañez
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