Mateo dedica este capítulo para contarnos varias parábolas de Jesús. Si no lo sabes, una parábola es un relato sacado de la naturaleza o de las situaciones cotidianas para enseñarnos una verdad espiritual.
Jesús usaba ejemplos de la vida diaria para enseñarles a sus discípulos, y a nosotros, realidades espirituales que de otra manera serían muy difíciles de entender.
Pero para poder entender la verdad espiritual que esconde la parábola necesitas revelación (¿te acuerdas? “ver lo que no veías”). Y la revelación solo puede dártela el Espíritu Santo cuando sinceramente quieres conocer a Dios y pasas tiempo con Él.
Si amas a Dios y buscas más de Él en oración, en lectura de su Palabra, en adoración, ¡y le crees!, mayor revelación te será dada; pero si no te importan Dios ni sus cosas, perderás aún la poca revelación que tengas.
Los “misterios del reino de los cielos” sólo son para aquellos que se la juegan en la presencia de Dios. Que invierten tiempo para conocer a Dios.
Si sólo oras para dar gracias por los alimentos, nunca tendrás revelación.
Si sólo adoras al Señor una vez por semana en la iglesia, nunca tendrás revelación.
Si te acuerdas de Dios sólo cuando tienes problemas, o exámenes, nunca tendrás revelación.
Si oras a las apuradas porque tienes que pasar el 5º nivel de tu videojuego, nunca tendrás revelación.
Si cuando hablas con Dios sólo le hablas del chico que te gusta, nunca tendrás revelación.
Si cuando oras lo único que haces es pedir perdón por tus pecados, nunca tendrás revelación.
Si buscas a Dios, pero estás enojado con medio mundo y no quieres perdonar, nunca tendrás revelación.
Si tu corazón no está sano, porque hay amarguras, resentimientos, acusaciones o culpas, nunca tendrás revelación.
La revelación no tiene que ver con “cuántos años hace que vas a la iglesia”, ni con “cuántos estudios bíblicos hayas hecho”. La revelación es el resultado de tu intimidad con el Señor. Por eso hay muchísimos cristianos que tienen ¡años! de iglesia, pero ¡cero! revelación.
Son exitosos, son felices, porque la revelación les hará conocer los secretos de Dios, sus propósitos y su voluntad.
Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Mateo”
EL SUEÑO DE NABUCODONOSOR
Daniel 2:26-30
El Dios del cielo.
Respondió el rey y dijo a Daniel, al cual llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación? Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama: estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo porvenir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. Y a mí me ha sido revelado este misterio no por que en mi haya mas sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se de a conocer al rey la interpretación, para que entiendas los pensamientos de tu corazón. (Daniel 2:26-30).
El Sueño.
Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. (Daniel 2:31-34)
En esta imagen podemos observar que la calidad de los materiales desde la cabeza hasta los pies se va deteriorando: oro, plata, bronce, hierro y barro. Al deteriorarse la calidad aumenta la fuerza. Estas partes de la estatua representan los poderes del mundo y su influencia en la historia de la humanidad.
Nos damos cuenta que los sabios habían admitido no poder interpretar el sueño del rey, además dijeron que el problema estaba fuera del alcance de sus dioses (v.11). Daniel dijo: “Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios” (v.28).
Daniel no había estado presente cuando el rey había dado su última palabra en cuanto a los magos, sabios, adivinos y astrólogos de matarlos por no haber dado la respuesta al rey. Cuando los guardas del rey llegaron para matar al Daniel, él pregunto: ¿Por qué se ha promulgado este edicto? Daniel se reunió con sus amigos para una oración conjunta. Dios reveló el sueño y la interpretación. Entonces Daniel compadeció ante el rey para revelarle el sueño y su interpretación.
1. La Cabeza de Oro
Imperio Babilónico 605-539 a.C.
Este es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey. Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Y donde quiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo. Tú eres aquella cabeza de oro. Daniel 2:36-38
La cabeza de oro representa a Nabucodonosor y el imperio babilónico. Los babilonios eran conocidos por su amor al oro. Nabucodonosor gobernaba desde un trono de oro y quiso y quiso edificar Babilonia como una ciudad de oro. Ordenó hacer una estatua que media 27 metros (95 pies) de altura y que media 2.7 metros (9 pies) de anchura). Cuando Herodoto visitó Babilonia setenta años después de la muerte de Nabucodonosor, dijo que nunca había visto tanto oro como allí.
Babilonia celebraba la venida del año nuevo con grandes fiestas. Nabucodonosor y los reyes que le siguieron eran escoltados y sentados en un trono de oro. La corte leía la antigua épica de la creación tal como había sido escrita por los babilonios. Honraban a Marduk, su creador y dios. También adoraban al rey como representante terrenal de Marduk. Declaraban que el rey gobernaba no solo los pueblos, sino sobre los animales y las aves y toda la creación, palabras de las que hace eco Daniel en su saludo al rey.
2. El Pecho y los Brazos de Plata
Imperio Medo-Persa. Año 538-333 a.C.
Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo. Daniel 2:39
Casi todos los eruditos concuerdan en que este pasaje se refiere al imperio Medo-Persa, que tomó el lugar del Imperio Babilónico. La palabra para plata en arameo es también la palabra para tributos. Los medo-persa de dieron a conocer por su sistematización de tributos. Todos los tributos se pagaban en plata (a diferencia del Imperio Babilónico, donde los tributos se pagaban en oro. De modo que la plata es símbolo del segundo imperio medo-persa que surgiría y dominaría. Año 538-333 a.C.
3. El Vientre y los Muslos
Imperio Griego. Año 333 a.C, bajo Alejandro Magno.
Y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. Daniel 2:39
Un soldado medo-persa vestía un turbante, una túnica superior con mangas largas y pantalones, este vestuario era confeccionado de tela. Pero un soldado griego llevaba un casco de bronce, una coraza de bronce, un escudo de bronce y una espada de bronce.
4. Piernas y Pies de Hierro
Imperio Romano. Año 200 a.C.
Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclaran por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. Daniel 2:40-43.
El cuarto reino representa al Imperio Romano, y Daniel habla acerca del mismo con mayor extensión que los otros. El hierro describe el disciplinado régimen de los soldados romanos que conquistarían el mundo conocido. La estatua describe varios rasgos característicos del Imperio Romano.
Primero, las piernas estaban hechas de hierro puro, pero los dedos y pies estaban hechos de barro cocido y hierro. Sin embargo todo ello formaba parte de un imperio.
Segundo, los pies estaban compuestos de una mezcla de barro cocido y hiero. Dos materiales que no se combinan para constituir una sola sustancia. Esto implicaría una unión en la que los componentes mantienen identidades separadas.
Tercero, esta mezcla implica una especie de cooperación política o económica. Al mismo tiempo se mantendrían las identidades nacionales y culturales separadas. Será un imperio pero estará dividido.
La piedra desmenuza los pies
Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. Daniel 2:44-45.
Podemos ver que en el curso de la historia humana han surgido esas cuatro potencias mundiales: Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma. Pero en algún momento Dios intervendrá en la historia y aplastará todos los imperios mundiales y establecerá su reino y después de lo cual no habrá más reinos humanos.
La piedra rechazada
La piedra que rechazaron los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo; de parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos. Salmo 118:22-23.
La piedra del ángulo
He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure. Isaías 28:16.
Lo mismo que en el primer caso, la trascendencia de esta segunda referencia del Antiguo Testamento a una piedra se revela en el Nuevo Testamento. La piedra se refiere a Jesucristo. Pablo afirma esto en Romanos 9:33, y Pedro dice lo mismo en 1 Pedro 2:6-7.
Con seguridad la piedra mencionada en Daniel se refiere a Cristo. Los eruditos conservadores están de acuerdo en que el sueño de Nabucodonosor representa el surgimiento y la caída de imperios humanos. Representa la venida de Jesucristo, la piedra viviente, para establecer su reino sobre la tierra. En el sueño, la venida de Cristo está vinculada al Imperio Romano.
Las piernas de hierro y los pies de barro cocido y de hierro representan dos etapas del Imperio Romano. La primera en una época de fortaleza, y la segunda en una renovada coalición de pueblos, naciones en una asociación política similar al Imperio Romano que existía hace siglos.
Podemos decir que hace mucho tiempo. Dios predijo el surgimiento y la caída de imperios mundiales la venida de Jesucristo al final de los tiempos para establecer su reino.
Editado por: Andres Montañez